ARTICULOS

miércoles, 23 de octubre de 2013

BREVE HISTORIA DE LA RADIESTESIA

La radiestesia es el antiguo arte de buscar agua, minerales y otros objetos que pareciera que tienen magnetismo natural, electromagnetismo o tal vez otra energía desconocida. Energías que pareciera que el cuerpo detecta con sus sensores, como si fuera un laboratorio no menos misterioso que el ver, oír, o sentir, lo cual nos parece tan natural. Ciertas escenas podrían causarle alguna sensación en el estómago o quizás otras reacciones subconscientes que no se notan. Así como con la música, muchas personas pueden desarrollar cierto grado de destreza o habilidad de radiestesia con práctica y entrenamiento. El momento más antiguo que hemos encontrado con rastros de este arte es entre los Reyes de la China Antigua, como King Yu (2.200 A.C.), que aparecen representados con una varilla de zahorí en la mano; y en algunas tumbas de faraones, en las que en varias ocasiones se han descubierto bolas de madera ensartadas en suspensión, o péndulos. Por otra parte, no hay nada de asombroso en el hecho de que en esta tierra de elección de los misterios que es Egipto pudiera nacer el esbozo de la radiestesia. Pero es probable que sólo los magos o sacerdotes supieran utilizarla: su enseñanza, de carácter sagrado debió de mantenerse en secreto. Hacia el año 370 de nuestra era, fue un escritor romano, Ammanius Marcellinus, quien dio un método para obtener oráculos con ayuda del péndulo En la Edad Media, la radiestesia se vio clasificada entre las prácticas de brujería: porque, ¿cómo no atribuir a los brujos y a los demonios unos efectos cuyos mecanismos no podían explicarse?. Las hazañas de Jacques Aymar, en el siglo XVI, le devolvieron sus cartas de nobleza. Encontró las huellas de tres criminales, de Lyon hasta Aviñón. Un cronista explica: "Al llegar al sótano donde había tenido lugar el crimen, Aymar mostró una profunda agitación. Se puso a temblar, su pulso se aceleró y la varilla que sostenía en la mano se tendió hacia el lugar en donde habían reposado los cadáveres. En el camino indicó los diferentes lugares donde los fugitivos se habían detenido, reconociendo incluso, ante la estupefacción de los investigadores, las camas que habían ocupado, las mesas donde habían comido, los platos y vasos que habían tocado...". En el siglo XIX, el abad Mermet, uno de los pioneros de la radiestesia moderna, cargó en su cuenta el descubrimiento de varios lugares arqueológicos. Actuaba por encargo del Papa. Parece ser que también encontró el rastro de los últimos supervivientes de una expedición al polo Norte. Gracias a su péndulo encontraba el rastro de los suicidas y de los asesinados. Desde la Primera Guerra Mundial, profesores, médicos, minerólogos, agricultores, columbófilos, ingenieros, eclesiásticos, han discutido, precisado, expuesto alternativamente sus métodos y contribuído, por lo tanto, a la difusión de la radiestesia. La varilla y el péndulo han pasado, poco a poco, de las manos del buscador de pozos a las del científico. En la URSS la radiestesia forma parte oficialmente de la investigación universitaria. Los más importantes institutos de Moscú y de Leningrado emplean equipos de geólogos y de geofísicos especializados en esta materia. Ya han realizado un número considerable de experimentos que prueban que el hombre es, efectivamente, capaz de detectar substancias bajo el suelo y de encontrar a personas desaparecidas.

No hay comentarios: